Huertoterapia como herramienta de envejecimiento activo en las Residencias del IRSJG

31/07/2025

Huertoterapia como herramienta de envejecimiento activo en las Residencias del IRSJG

Entre verduras, hierbas aromáticas y cuidados compartidos, personas mayores del Centre Maria Gay de Girona redescubren el placer de trabajar la tierra, mejorando su estado de ánimo y capacidades físicas y cognitivas

El huerto se ha convertido en un espacio de encuentro, de memoria, reviviendo recuerdos y tradiciones; que permite la actividad física suave y disfrutar del sol y del aire libre.

El huerto se ha convertido en un espacio de encuentro, de memoria, reviviendo recuerdos y tradiciones; que permite la actividad física suave y disfrutar del sol y del aire libre.

Montserrat Batllori es auxiliar de enfermería con 28 años de experiencia en el Centre Maria Gay de Girona. Junto a la terapeuta ocupacional, Nerea Marín, y la psicóloga, Mónica Palomo, se encarga de mantener la actividad del huerto comunitario junto a las personas residentes. 

Después de un periodo de interrupción de esta actividad, Montserrat Batllori, aficionada a la horticultura, reemprendió en enero de este año la siembra en los espacios destinados a este fin en el jardín del Centre Maria Gay, con cuatro camas de cultivo. Fresas, tomates, pepinos e hierbas aromáticas, como menta, tomillo y romero, llenan de fragancia las instalaciones del Centro. No todas las personas residentes participan directamente en esta actividad, pero sí todas, y también las familias en sus visitas, disfrutan del perfume, el color y la buena sensación que deja este trozo de naturaleza.

Tres personas residentes son actualmente quienes ayudan a Montserrat Batllori en esta tarea. Riegan, quitan las malas hierbas y recogen los frutos que da la siembra. En pleno verano, cuando es temporada de tomates y aún tiempo de pepinos, la cocina del Centre Maria Gay ha preparado más de una ensalada para todas las personas residentes con los cultivos de este huerto. La cosecha es modesta, precisa Montse Batllori, pero los beneficios son inmensos.

El huerto se ha convertido en un espacio de encuentro, de memoria, reviviendo recuerdos y tradiciones; que permite la actividad física suave y disfrutar del sol y del aire libre. 

Para muchas personas mayores, retomar esta actividad implica reconectar con un pasado activo, con una identidad vinculada al cuidado y a la producción, lo que fortalece su sentido de continuidad vital. 

La mirada de la terapia ocupacional

Montse Batllori destaca, en particular, el valor emocional que tiene esta actividad para las personas que fueron aficionadas en otros tiempos a la horticultura, así como el impacto de crear vida con las propias manos. Cada planta que crece, explican desde el Centro, es símbolo de cuidado recíproco y de un tiempo bien invertido, que permite además saborear el delicioso resultado. Desde la mirada de la terapia ocupacional del Centre Maria Gay, la utilización de la horticultura permite cumplir objetivos terapéuticos, como mejorar la motricidad fina, proporcionando a las personas residentes una actividad significativa con la que se comprometen y que fortalece el sentido de logro, al ver el resultado del trabajo en el huerto.

Con la llegada del invierno, con frío en Girona y las bajas temperaturas debidas a la ubicación del jardín del Centre Maria Gay, piensan plantar verduras resistentes, como brócoli, col y puerros. Preparan ya la tierra para ello, y seguro que la cosecha dará para más de un buen caldo en la cocina de la residencia.

El Centre Maria Gay no es el único centro del Instituto de Religiosas de San José de Girona (IRSJG) que realiza esta actividad. Han disfrutado o disfrutan en diversos momentos de huerto comunitario la Residencia San José, en Burjassot, Valencia, o la Residència Santa Maria del Tura, en Olot.

Beneficios en gerontología

La iniciativa, apropiadamente conocida como huertoterapia, ha demostrado ser eficaz en la reducción de síntomas de ansiedad y depresión en personas mayores, y actúa como catalizador de la estimulación multisensorial. Desde la perspectiva de la gerontología, favorece la neuroplasticidad, mejora la psicomotricidad, eleva el estado de ánimo y refuerza la autoeficacia percibida. El simple acto de observar el crecimiento de las plantas estimula procesos cognitivos como la atención sostenida, la memoria episódica, la evocación de eventos concretos y la percepción del tiempo.

Como actividad terapéutica, los huertos comunitarios en residencias promueven el envejecimiento activo y generan un entorno más humano y cálido. Fomentan las relaciones interpersonales y, en definitiva, fortalecen las capacidades físicas, sensoriales y emocionales en un contexto cotidiano y significativo.

Galería de Imágenes