Entrevista a Susana Berengena, nombrada titular de los Colegios en España del IRSJG
02/10/2025
Entrevista a Susana Berengena, nombrada titular de los Colegios en España del IRSJG
Manifiesta el deseo de que las dos escuelas, el Colegio Santa Teresa y el Col·legi Sagrada Família, con sus valores compartidos, se encuentren ahora más cercanas y puedan enriquecerse mejor mútuamente.

Es antigua alumna del Col·legi Sagrada Família, donde tiene una importante trayectoria pedagógica.
Susana Berengena fue nombrada el pasado mes de mayo titular de los dos colegios en España del Instituto de Religiosas de San José de Gerona (IRSJG): el Col·legi Sagrada Família, en Vila-roja, Girona, y el Colegio Santa Teresa, en Porcuna, Jaén.
En este inicio de curso, con la “vuelta al cole”, repasamos con ella la esencia y los valores del Instituto, presentes en el trabajo educativo de estos dos Centros; los objetivos marcados junto a ambos equipos; su pasado vital como antigua alumna del Col·legi Sagrada Família y su trayectoria pedagógica.
¿Cómo fue el paso de alumna a maestra del Col·legi Sagrada Família?
Al terminar aquí Primaria, en mi época de BUP y COU, no perdí los lazos con el Col·legi, con el que seguía vinculada haciendo catequesis con la Parroquia de Vila-roja. Me saqué el título de monitora, así que impartía aquí las clases extraescolares de deporte, mientras estudiaba Magisterio. La Superiora del momento, la Hna. Melchora, siempre me animó a estudiar, y fue ella quien me informó, en el año 1999, de que quedaba una vacante y que podía entrar a trabajar como maestra. La alegría fue inmensa.
De alumna a maestra…
Sí; mis maestras pasaron a ser mis compañeras de trabajo. Es algo que me costó al principio, pero me acogieron estupendamente. Recuerdo con mucho cariño a la señorita Rosa Domènech y la Hna. Dolores, de quienes aprendí muchas cosas. Durante el segundo año, complementé los estudios de Magisterio de Educación Primaria con Magisterio de Educación Infantil.
Y después, pasaste a ser directora.
Antes fui jefa de estudios, y ya en 2015, la directora pedagógica.
¿Cómo se despertó tu vocación docente?
De niña siempre jugaba a ser senyoreta (maestra); me gustaba mucho. Un día, ordenando recuerdos antiguos del Col·legi Sagrada Família, vi una libreta en la que ponía mi nombre. Dentro yo respondía a la pregunta “¿Qué quieres ser de mayor?”: maestra.
No me imagino mi vida sin ejercer esta profesión; me gusta mucho y disfruto mi trabajo.
¿Qué papel ejerció el Col·legi Sagrada Família en tu camino profesional?
Para mí, siempre ha sido una segunda casa. Las Hermanas me cuidaron como una madre, me acompañaron en mi crecimiento y conocen toda mi trayectoria vital.
¿Qué valores del Instituto, junto a las Hermanas, te han marcado y transmites?
La acogida, la familiaridad y la cercanía propias de una escuela pequeña. Los cuatro valores del Instituto de las Religiosas de San José de Gerona -Servicio, Acogida, Respeto y Humildad- están muy presentes en nuestro día a día, trabajados desde la infancia. Lo más bonito ha sido comprobar que en el Colegio Santa Teresa, en Porcuna, esos mismos valores también están profundamente arraigados.
¿El nuevo cargo te ha hecho salir de tu zona de confort?
Sí, ha sido todo un reto. Mi vocación es la docencia, pero ahora mi misión es gestionar dos colegios. Aunque debo renunciar a dar algunas lases, estoy descubriendo que estas nuevas responsabilidades también me enriquecen y me hacen feliz.
¿Cómo ha sido la acogida en el Colegio Santa Teresa?
Muy gratificante y con muchas sorpresas. En el Col·legi Sagrada Família me habían cuidado las Hermanas Carmen, Delfina, Melchora, Paloma, quienes en su momento habían estado en la Comunidad de Religiosas del Instituto en Porcuna. Así que, nuestro primer encuentro con el claustro del Colegio Santa Teresa fue ver que lo que nos unía eran las Hermanas. Me transmiten mucha cercanía.
¿Qué supone el reto de las diferencias geográficas y culturales?
El Colegio Santa Teresa responde a la realidad de un pueblo, mientras que el Col·legi Sagrada Família está en un barrio de Girona desfavorecido, con gran diversidad cultural y social. Son contextos muy distintos, pero enriquecedores. Hay una diferencia, por tanto, cultural y también social.
¿Y existe un lenguaje universal para los niños?
Sí: la sonrisa y la acogida espontánea. Los niños se acercan, preguntan, se muestran tal como son. Ojalá los adultos no perdiéramos esta autenticidad.
¿Qué aporta la unión de los dos colegios bajo una única titularidad?
Sentir que ninguno de los dos está solo. A pesar de la distancia, forman parte de un mismo Instituto con lazos ya creados y otros por fortalecer. Mi deseo es que ambos se enriquezcan mutuamente. “Fami” y “Tere” [como ella los llama cariñosamente] tienen mucho que aportar. Detrás de ambos hay equipos docentes extraordinarios.
¿Qué papel juega la identidad religiosa compartida?
Nos une la figura de María Gay, fundadora del Instituto, eje vertebrador de nuestros Centros. Los valores que ella transmitió siguen siendo nuestro sello particular.
¿Cómo gestionan la pluralidad de creencias del alumnado?
En el Col·legi Sagrada Família conviven muchas culturas y religiones; aquí, llevamos años trabajando la inclusión. Si en Porcuna aumenta la diversidad, el cole de Girona podrá aportar su experiencia en este camino.
¿La diversidad de creencias permite trabajar valores universales?
La espiritualidad, el silencio, la contemplación, tanto en el aula como en el entorno, son temas que se trabajan más allá de cualquier creencia.
¿Cómo definirías el Col·legi Sagrada Família?
Es un centro en una realidad social muy compleja. Acoge alumnado de Vila-roja y de otros cinco barrios que forman Girona Est, la zona más desfavorecida de la ciudad. Las Hermanas se instalaron allí en los años 60, cuando no había ni agua ni alcantarillado. Ellas siguen siendo mi inspiración.
Vila-roja es tu barrio y lo adoras.
Tiene rincones preciosos, como el bosque, cuyas vistas disfrutamos desde el Colegio. Trabajamos en red con los agentes sociales y en buena sintonía con los colegios públicos.
¿Qué papel juegan los colegios en barrios desfavorecidos?
El Col·legi Sagrada Família es un pilar fundamental del barrio. Si desapareciera, se perdería una institución clave. Desde aquí luchamos por dar apoyo a las familias y por visibilizar a nuestros alumnos en Girona, para que tengan las mismas oportunidades.
¿Qué objetivos pedagógicos se marcan en los dos centros?
Queremos ser escuelas de calidad. El Colegio Santa Teresa ya lo es, con un alto rendimiento académico. En el Col·legi Sagrada Família trabajamos para ofrecer las mismas oportunidades: con la sexta hora lectiva, el compromiso del profesorado y la implicación de las familias.
¿Qué haces para no llevarte las dificultades de alumnado y familias a casa?
La verdad es que me las llevo. Aunque en casa tenemos el pacto de no hablar de trabajo los fines de semana. La gratitud de niños y familias compensa.