Daniel (1ª parte)

La congregación de religiosas de San José de Gerona está realizando un trabajo fantástico. Al haber estado aquí 35 años conocen perfectamente a las familias y las necesidades.

Crónica de un viaje como voluntario (1ª parte)

La congregación de religiosas de San José de Gerona está realizando un trabajo fantástico. Al haber estado aquí 35 años conocen perfectamente a la gente, a las familias y las necesidades de cada uno.

Hola,

Ya llevo por Ruanda una semana y por fin he encontrado el momento para escribiros (con lo difícil que es aquí que coincida el funcionamiento simultáneo de la electricidad e Internet, esto no es tarea fácil).

La verdad que nada podría ir mejor. Esta primera semana la he pasado en Kamatongo y ayer lunes ya vine a Nyarusange que es donde realmente voy a realizar el voluntariado.

Esta primera semana no hubiera podido ser más intensa. La verdad que no hemos parado ni un momento, he estado conociendo el país, visitando varias ciudades, conociendo a la gente… muchas experiencias concentradas, estoy viendo muchísimas cosas y aprendiendo un montón. Esto es otro mundo, y hay que venir para conocerlo.

Ruanda es un país precioso, mires a donde mires todo es bonito, miles y miles de colinas muy verdes, y por las colinas las casas de la gente y los huertos. Las carreteras están muy bien y se puede llegar a cualquier parte con el coche aunque no muy rápido ya que sólo hay un carril por sentido y todo el mundo las utiliza (camiones, motos, bicis y gente, muuuucha gente).

La Hna. Josefa, una de las religiosas, que es española, da clases de religión en un colegio de secundaria. Una mañana la pasé con ella allí y visité la escuela. Aquí la educación secundaria es privada y muy cara. Los estudiantes viven en el propio colegio, internos, y los padres van a visitarlos una vez al mes. Las clases se dan todas en inglés.

Evidentemente, tuve que presentarme ante ellos, decirles quien era y lo que hacía. Luego tuvieron la oportunidad de interrogarme, y en todas las clases la primera pregunta siempre era la misma, ¿estás casado?

Con los niños te mueres de la risa, si son pequeños puede que nunca hayan visto a un blanco antes, o en todo caso a muy pocos. Las reacciones pueden ser muy variadas. Los hay que te miran con miedo y si te acercas a ellos echan a correr. Otros, cuando vas por las colinas, se acercan a 3 metros de distancia y te siguen, sin decir nada, allá donde vayas. Sin duda mis preferidos son los niños que te señalan y se ponen a gritar “umusungu umusungu!” (blanco). Estos corren a buscar a sus amigos y vuelven ya 5 o 6 que se te acercan y muy educadamente te dan la mano y te dicen “good morning” y ya que están aprovechan para frotarte un poquito el brazo y comprobar que el color es de verdad.

Sin duda lo que más me ha impactado de esta semana es recorrer las colinas y visitar la gente que vive en ellas. La Hna. Josefa lleva 35 años en Ruanda y conoce el país y la gente perfectamente. He ido tres tardes enteras con ella a visitar familias en sus propias casas, para poder ver cual es la realidad del país.

No os podéis ni imaginar la cantidad de gente que vive en la extrema pobreza. Las familias son grandes y el terreno es cada vez más escaso, además la tierra no es muy fértil. Los seguros médicos no son demasiado caros pero muchos no puede pagarlos. Muchos tienen alguna cabrita y los más afortunados una vaca. Algunos se consiguen algo de dinero con la alfarería, como los pigmeos. Ellos sin embargo están contentísimos de recibirte y no hace más que agradecerte la visita.

La congregación de religiosas de San José de Gerona está realizando un trabajo fantástico. Desde España les ayudan tanto de la Obra Social de su congregación como de bienhechores que donan dinero y que socorren a alguna familia o que se reparte entre los pobres en general. Al haber estado aquí 35 años conocen perfectamente a la gente, a las familias y las necesidades de cada uno. Saben dónde viven, a qué se dedican y quién es el que necesita más ayuda.

El dinero sirve para cubrir gastos de seguros médicos, escolarización, comida, ropa, uniformes, cuadernos, etc. El dinero se les va dando de forma progresiva, gestionan las donaciones, y siempre se les piden las facturas, notas del colegio y explicaciones para todo.

La vida aquí es muchíiiiisimo más barata que en España y con muy pocos euros se pueden hacer muchas cosas en Ruanda. El sueldo de un trabajador no cualificado ronda los 33.000 francos ruandeses (unos 35 Euros por mes!), incluso un profesor de primaria puede cobrar unos 40.000FRW….

Bueno, menudo rollo os he soltado.

Besos.

Galería de imágenes